sábado, 30 de julio de 2011

Intrusa

El día hacía honor al verano y la puerta y las ventanas de la casa estaban abiertas a la mañana.

Entró por la puerta y fue recorriendo cada una de las estancias, entreteniéndose en examinar con detalle cada una de ellas, como queriendo familiarizarse con su nueva casa. En la mesa de la cocina quedaban los restos de un desayuno abundante y tranquilo de un día de fiesta. Al lado había un baño. En él, todo estaba ordenado y limpio: era temprano y los habitantes de la casa quizás todavía no habían comenzado a prepararse.

Salió del baño y encontró la escalera que conducía al piso superior; por ella llegó a los dormitorios de la casa. El primero parecía el de los dueños y estaba ya perfectamente arreglado. El de al lado estaba revuelto y desordenado y, en él, un niño de unos cinco años jugaba en el suelo. No entró, pero se dijo que debería volver más tarde.

Al final del pasillo encontró una habitación más y otra puerta cerrada tras la que supuso que habría otro baño.

Desanduvo el camino y descendió a la planta baja. Giró a la izquierda y se encontró con una puerta entreabierta por la que pudo ver una pequeña estancia con las paredes cubiertas de libros. Se coló dentro y vio a un hombre de mediana edad, sentado en un sillón de orejas y reconcentrado en la lectura. Se acercó para ver qué estaba leyendo en el momento fatal en el que el hombre cerró el libro de golpe aplastándola entre sus hojas.

5 comentarios:

  1. Información Bitacoras.com...

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  2. me gustó mucho la ambientación, me gustó mucho. Sin embargo, sigo pensando que no entiendo bien de qué se trata. Siento que el resto del cuento se te quedó en la cabeza: ¿por qué volver donde el niño? ¿por qué el anciano? ¿dónde está la situación que busca explorar o contar algo de lo humano en este micro?, en fin, no me hagas mucho caso, solo digo.

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  3. Hola Juan, lamento que no te haya terminado de convencer el relato.
    De tu comentario no entiendo por qué preguntas por un anciano: no hay ninguno en mi relato.
    No he pretendido contar nada de lo humano, si con ello debo entender transcendente. Mi intención era mucho más modesta.
    La curiosidad mató al gato, según el dicho. En mi relato la que muere es una mosca.
    Gracias por hacerme llegar tu opinión, para mí es muy importante.
    Saludos.

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  4. A mi me ha encantado. Un ambiente misterioso para un asunto cotidiano.

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  5. Muchas gracias, MA. Me alegro de que te haya gustado.

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