Llevaba varios días muy preocupado, dando vueltas y más vueltas a su último proyecto. La tecla de retroceso de su ordenador estaba sensiblemente más gastada que el resto y no terminaba de decidirse.
¿Cuántas personas serían necesarias? ¿Cuántas debería sacrificar esta vez al dios de la competitividad y del mercado?
Ya había pasado varias veces por una situación similar y siempre había salido airoso. Sabía que todos en la empresa le llamaban “Terminator”, pero él era el más veterano y muchos pardillos habían ido cayendo uno a uno.
Dos discretos golpes en su puerta le sacaron de su ensimismamiento. Levantó la cabeza y vió la cara de su secretaria; anotó mentalmente que debía acordarse de incluirla en la relación.
- Don Julián desea que suba a verlo en cuanto pueda - dijo, y por su rostro pasó una sombra de compasión.
Él no lo notó porque había cerrado los ojos y se había agarrado a la mesa con todas sus fuerzas. Sabía muy bien lo que significaba aquella frase: esta vez le había tocado a él.
¿Cuántas personas serían necesarias? ¿Cuántas debería sacrificar esta vez al dios de la competitividad y del mercado?
Ya había pasado varias veces por una situación similar y siempre había salido airoso. Sabía que todos en la empresa le llamaban “Terminator”, pero él era el más veterano y muchos pardillos habían ido cayendo uno a uno.
Dos discretos golpes en su puerta le sacaron de su ensimismamiento. Levantó la cabeza y vió la cara de su secretaria; anotó mentalmente que debía acordarse de incluirla en la relación.
- Don Julián desea que suba a verlo en cuanto pueda - dijo, y por su rostro pasó una sombra de compasión.
Él no lo notó porque había cerrado los ojos y se había agarrado a la mesa con todas sus fuerzas. Sabía muy bien lo que significaba aquella frase: esta vez le había tocado a él.
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ResponderEliminarValora en Bitacoras.com: Llevaba varios días muy preocupado, dando vueltas y más vueltas a su último proyecto. La tecla de retroceso de su ordenador estaba sensiblemente más gastada que el resto y no terminaba de decidirse. ¿Cuántas personas serían n.....
Cuantos y cuantos están oyendo, todos los dias, la llamada de "ese Terminator".
ResponderEliminarVaya micro sombrio, como el relato de Kafka.
Saludos
Hola, José Vte.
ResponderEliminarDice Rodríguez Braun, con quien no estoy de acuerdo en casi nada, que el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio. Y en esto sí que estoy de acuerdo con él.
Muchos directivos ante un problema en sus empresas, antes que soluciones, buscan culpables; así se convierten en "terminators" hasta que ellos mismos pasan a ser víctimas.
Sombrío, sí, pero, lamentablemente, real como la vida misma.
Saludos.
Uf, tremendo.
ResponderEliminarHola, MA.
ResponderEliminarGracias por leerme y comentar.
Saludos.