lunes, 14 de marzo de 2011

Escena

Era domingo por la mañana. Un débil sol de finales de invierno intentaba calentar el aire todavía frío de las primeras horas. Un músico callejero simulaba tocar al violín el Ave María de Schubert y envuelto en aquella mágica atmósfera él caminaba sintiéndose por unos segundos el protagonista de una película que estaba a punto de conocer a la mujer de su vida.

De pronto una voz metálica y algo rota gritó “corten”.

5 comentarios:

  1. ¡Vaya hombre, siempre hay alguien que mete la pata!

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  3. Pues sí, MA, es una lástima, pero siempre hay algo o alguien que rompe el encanto.

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  4. Y nada más escribir ¡corten!, el autor dejó la pluma encima de la mesa y se marchó. Nunca se sabe donde empieza la ficción y donde la realidad.

    Saludos

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  5. Hola, José Vte. Tienes mucha razón, a veces la realidad se contagia de ficción, aunque no siempre para bien. Ahí está Japón viviendo lo que en el cine nos parecería una historia exagerada propia de películas de catástrofes de serie B.
    Saludos.

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