Sentía la brisa refrescar su cuerpo algo recalentado por el tibio sol de los primeros días de primavera. El mar, todavía enfadado con los rigores del invierno, azotaba las rocas al fondo del acantilado con la constancia de quien sabe que acabará venciendo. A su lado, su esposa contemplaba serenamente el horizonte.
Por un momento, casi llegó al olvidar que no eran libres.
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ResponderEliminarValora en Bitacoras.com: Sentía la brisa refrescar su cuerpo algo recalentado por el tibio sol de los primeros días de primavera. El mar, todavía enfadado con los rigores del invierno, azotaba las rocas al fondo del acantilado con la constancia de qu.....
Seguro que cuando falta la libertad, la brisa, el aire y el sol de primavera son mucho más placenteros pero infinitamente más triste.
ResponderEliminarHas regresado a los micros, bien. (aunque no me importa que pongas actualidades, las de los ebook son interesantes)
Un saludo
Hola, José Vte. yo también prefiero escribir micros, pero, desgraciadamente, no siempre encuentro el tema o el tiempo para hacerlo.
ResponderEliminarSaludos.